Ante el miedo los menores pueden llegar a la situación de sentirse sobrecargados e incluso, sin estrategias para poder hacer frente a estas difíciles y desagradables vivencias.
Sin embargo, el miedo, a pesar de hacernos vivir momentos indeseables, tiene una función adaptativa, protegiéndonos de multitud de peligros y situaciones que pueden resultar perjudiciales tanto para nosotros mismos como para nuestro entorno. Saber distinguir entre este tipo de miedos es una de las labores fundamentales en los talleres de Espantamiedos.
Así, el desarrollo de estrategias de afrontamiento, nos aporta diferentes aprendizajes vitales que podemos usar en situaciones futuras y nos hace más autónomos y competentes para la vida.
Lo que pretendemos con la realización de los talleres de Espantamiedos es que los menores aprendan diferentes estrategias para combatir los miedos infantiles, por medio de sesiones grupales y la puesta en común de las vivencias y preocupaciones personales. Se lleva a cabo, por tanto, un aprendizaje cooperativo entre todos los miembros del grupo.
Nuestras sesiones tienen un claro objetivo: que los menores aprendan a reconocer las diferentes emociones y pensamientos que dan forma a nuestras vivencias, para poder afrontar adecuadamente las difíciles tesituras que puedan atravesar a lo largo de sus vidas.
Por medio de las diferentes dinámicas que trabajamos en los talleres de Espantamiedos, los niños aprenden a identificar sus emociones y sus temores, interiorizando determinadas estrategias para combatirlos, gracias a la práctica guiada de la profesional que lleva a cabo la sesión.

En los talleres de Espantamiedos desarrollamos una metodología lúdica y participativa a través de sesiones grupales, donde los niños y niñas encuentran un espacio en el que compartir sus experiencias vitales y conocer de forma grupal cómo identificar las emociones. Todo ello, con el objetivo de, por un lado, enseñarles a hacer frente a las diferentes situaciones personales de cada uno y, por otro, desarrollar distintas e importantes capacidades como puede ser la empatía.
Mediante el trabajo en equipo y la correspondiente puesta en común de los conceptos, estamos favoreciendo también el desarrollo personal y la capacidad de observación, y despertando, a su vez, la curiosidad para generar un aprendizaje conjunto y significativo entre los menores.
Las sesiones tienen una duración de 60 minutos y se pueden realizar en diferentes lugares a concretar con cada centro educativo, en función de la disponibilidad de espacios y horarios. Las actividades de los talleres de Espantamiedos estarán adaptadas a cada edad y competencias educativas, sobre todo a las referentes a la comunicación, pensamiento abstracto y comprensión lingüística. Para el desarrollo óptimo de las sesiones tendrá que haber un grupo máximo y mínimo, en base al asesoramiento de la responsable del programa.
De este modo, las edades indicadas para un desarrollo óptimo del programa serán las comprendidas entre el último curso de Educación Infantil y el primer ciclo de Educación Primaria. Los menores que no dispongan de los aprendizajes de lectoescritura realizarán todas las actividades adaptadas por medio de pictogramas y fotografías.
La temporalización de las sesiones podrá ser variable, siempre y cuando haya una duración mínima de 4 sesiones por grupo, con el fin de obtener un desarrollo efectivo de los aprendizajes llevados a cabo durante los talleres de Espantamiedos.
Además las diferentes asociaciones de madres y padres de los centros pueden ofertar la acitvidad como talleres puntuales, especificando que el coste de los mismos corre a cuenta de los padres de los alumnos/as inscritos.
Los recursos materiales que se utilizan para el desarrollo de las sesiones se valorarán con anterioridad para adaptarlos a cada caso concreto. Sin embargo, uno de los recursos materiales más utilizados en los talleres de Espantamiedos son los cuentos, método a través del cual trabajamos la curiosidad hacia la lectura de forma lúdica y educativa.